En la noche de barrio Alberdi el Dragón cayó fusilado por tres a cero frente a Belgrano de Córdoba, que se encamina al título con tres fechas de anticipación, en una noche fatídica el rojinegro recibió tres mazazos en 25 minutos y no pudo aprovechar las posibilidades que tuvo, de todos modos la expectativa con respecto al segundo ascenso continúa intacta y éste domingo hay fecha en el Juan Pasquale, frente al Río de la Plata y su gente, habrá revancha.
En un estadio colmado de gente, petardos, banderas y sed de quedar al filo de ser campeones, el clima estaba propenso para una noche pirata, pero el Dragón no quería ser el pato de la fiesta gratis.
De entrada el Topo Aguirre tuvo la primera chance, habilitación mágica con el triángulo de Olivares, pero su remate se fue desviado.
Minutos más tarde la primera emoción de la noche, desborde, centro para Vegetti, tapa Gonzalo Mottes en la línea y el rebote le queda a Comba que empuja al gol, en clara posición adelantada.
Pese a recibir la primer trompada, los dirigidos por Pablo Frontini se levantaron y andaron, el Topito Aguirre logró tener una chance frente al arquero pero el uno le volvió ahogar el grito.
Al instante Belgrano volvió a golpear esta vez en la cabeza de Pablo Vegetti capitán y goleador. Cross a la mandíbula.
Pero si el dos a cero fue un golpe duro por los pocos minutos que corrían, solamente 10 de la primera etapa un centro mortal a los pies del nueve dilapido casi toda esperanza. Piña al estómago y nos dejó sin aire.
Sin embargo una vez más el siete bravo, encaró al arquero, que volvió a responder de forma fenomenal.
La primera etapa se cerró y pese a ser superado durante gran parte el rojinegro mostró sus armas que no fueron suficientes.
Para el segundo tiempo el ritmo del partido bajo con un Belgrano esperando y un Defe al que le gustó mucho llegar al arco visitante y sólo lo hizo alguna vez con remates de larga distancia y alguna que otra escapada de Ezequiel Aguirre que no llegó a buen puerto.
Una dura derrota, que duele más porque la expectativa era alta, teniendo en cuenta el gran torneo que viene haciendo el Dragón, pero se chocó contra un tren de frente que viene desfilando desde la primera fecha y se encamina, en caso de no mediar ninguna catástrofe futbolística, indefectiblemente a jugar la Superliga después del mundial.
Fue un fusilamiento futbolístico, pero la historia nos ha ya enseñado de sobra, que a veces los fusilados viven, y en este caso con la chance latente de meterse en el g 13, que ambicionan todos los equipos y guarda bajo llave el cofre, detrás del arco iris, del gran sueño de Primera.
Domingo que viene cita con la historia y a seguir soñando.
Por: Martín El Lakkis
Fotos: Andrés Renaudier