Tres etapas en el club y más de 250 partidos jugados. Y claro, Iván Nadal siente que Defensores de Belgrano es su casa. “Me conocen todos y yo conozco a todos. Nunca tuve un problema con un compañero, trato de respetar al otro y que me respeten, siempre con perfil bajo y laburando para el equipo”, arranca el Chueco. Pasaron 14 años del día en el que un zurdito bajito nos sorprendió a todos una noche en el Oeste. Y él lo recuerda como si fuera ayer: “En la semana que debuté, el lunes y martes había entrenado en River. Me presentaron a Busti y Lagunas para sumarme a Defe y ellos me dijeron de entrada: ‘mirá que venís a jugar, eh’. Y bueno, a los días estaba jugando contra Morón, sin conocer a mis compañeros porque sólo habíamos compartido dos o tres prácticas”. Sí, Nadal tuvo su bautismo en primera y en Defe prácticamente sin saber con quién jugaba. “Salió todo redondito porque me fue bien, ganamos y después no salí más”, agrega sobre el triunfo 2-1 contra el Gallito que se dio ese día, el 16 de septiembre de 2005, cuando el Chueco tenía apenas 18 años.
-Pasaron muchas temporadas y hoy sos uno de los más experimentados del plantel. ¿Te sentís referente?
-Puede ser por la cantidad de años que tengo en el club. Pero no sé si me siento referente, aunque algunos compañeros me lo han dicho. Yo soy un pibe tranquilo, humilde, que trata de dar lo mejor.
-¿Cómo ves al equipo hoy? ¿Para qué está este Defe?
-Estamos bien armados, yendo de menor a mayor. Este campeonato es uno de los más difíciles porque bajaron muchos clubes importantes de Primera y cualquiera le gana a cualquiera. El primer objetivo es salvarse del descenso y considero que después te vas soltando para siempre ir por más.
-Y en cuanto a lo individual, ¿vos cómo te sentís?
-Creo que terminé muy bien la temporada pasada, con buenos partidos y ahora me siento bien. Es importante jugar con amigos como Fisu, que lo conozco hace más de 10 años, el Flaco, el Loro, el Topo… Nos llevamos muy bien, nos conocemos hace mucho y sabemos que, si uno falla, el otro te salva. Es espalda con espalda.
-Goux fue importante para que vuelvas luego de tu paso por Platense…
-Sí, si no fuese por él, no hubiese vuelto. Es el máximo referente del club. Hizo mucho para que se de mi regreso y se lo agradecí y agradeceré siempre. Yo me arrepentí de haberme ido. Por ahí me apuré en la decisión, pensando en un progreso económico para mi familia, pero lo hecho, hecho está. Sabía que todo lo podía revertir en la cancha y en eso me focalicé.
El Chueco, en su carrera, jugó en Argentinos Juniors hasta Novena, años después lo probaron en River durante seis meses hasta quedar, y en la Reserva del “Millonario” compartió entrenamientos con jugadores como Radamel Falcao, por ejemplo. Luego se dio su incorporación al Dragón por el acuerdo que había en aquel entonces con el conjunto riverplatense. “Jorge Busti es otra persona a la que siempre le voy a estar agradecido. Él estuvo siempre conmigo desde un principio, me apadrinó en el club”, cuenta.
-Además de Busti, ¿hay alguien más a quien quieras agradecerles algo?
-Sí, a los dirigentes que siempre confiaron en mi. Y como entrenadores, además de Busti, me marcó Fito Della Picca, con quien aprendí muchísimo y también fue clave para que vuelva. Además, Nardozza me da confianza en la cancha y tuvo un gesto que valoro muchísimo porque tuvo palabra. Él, cuando estábamos jugando las instancias finales antes de ascender, me dijo que, si subíamos, me quedaba en el plantel. Y cumplió.
-Con tantos partidos en el club, recordarás tardes imborrables de alegría y otras malas. ¿Cuáles se te vienen a la cabeza?
-Inolvidables, sin dudas el ascenso contra la UAI y obviamente cuando debuté. Y también disfruté mucho un partido con Fénix, que perdíamos 3-1 y lo ganamos 4-3. En cuanto a días malos, un partido con Atlanta en Villa Crespo que me echaron a los cinco minutos. Sabía que me había mandado una cagada y automáticamente le pedí disculpas a todo el plantel y cuerpo técnico. Porque cuando me equivoco, me levanto y me hago cargo. Ese día me quería morir.
-¿Cuál fue el mejor equipo que integraste en Defe?
-El que debuté tenía muy buenos jugadores. Llinás, Unyicio, Ribolzi, Guerra… Después el del ascenso y el que perdimos la Promoción en Mendoza. Ese creo que fue el mejor. Salíamos a ganar en todos lados. Sabíamos que íbamos a ganar. Recuerdo esa final que no se nos dio y me dan ganas de llorar.
-¿Y alguna anécdota que recuerdes?
-Ja… Sí, el día del ascenso, en los festejos en la cancha. Había un hincha que había conseguido mi celular y me escribía puteándome porque me había ido a Platense. En el celular, en Facebook, en todos lados me puteaba. Y bueno, el día del ascenso nos cruzamos en la cancha, me dio un abrazo y me pidió disculpas. Me dijo que lo entendiera como hincha, que se había equivocado. Por suerte esa charla se dio festejando, que es lo que todos queríamos. Defe a mí me dio todo. Es el club donde debuté, el que me recibió siempre. Voy a estar agradecido de por vida con Defensores.
Por: Diego Gesto (@diegogesto)