La ansiedad terminó, después de algo más de 40 días, Defe volvió al ruedo. Pero el encuentro no fue el esperado. El Dragón mostró una versión flojita en la calurosa noche del Pasquale. Lejos de aquel equipo que nos dejó un verano de ilusiones, a partir del rendimiento de los últimos encuentros del primer semestre.
El arranque de la segunda etapa del torneo, le deparaba un escollo complicado. Platense, por su poderoso presupuesto y ubicación en la tabla, se presentaba como un escenario complejo.
Y esos primeros 45 minutos fueron una muestra de que la noche no iba a ser la más feliz. La visita con un 433 bien marcado, fue un poco más criterioso en el comienzo y en una de las pocas llegadas a fondo (y tras una serie de errores defensivos) se puso en ventaja en el marcador.
Ese primer tiempo transcurrió para mostrar la impotencia de Defe, que nunca pudo hacerse dueño del desarrollo y sólo inquietó con un cabezazo de Enrique.
En la segunda etapa, Fabián Nardozza introdujo 2 cambios que mejoraron visiblemente el juego del equipo. Marcos Gimenez se hizo eje del juego, se mostró participativo y conectó las líneas. Y Aguirre fue punzante por izquierda y fue una preocupación para el calamar.
No obstante, Defe no hizo un segundo tiempo brillante, sin embargo acumuló situaciones que bien pudieron haberle dado un empate, que hubiera sido lo más justo.
En una noche opaca, se destacó la búsqueda ofensiva de Jaque y los mencionados Aguirre y Giménez.
El semestre recién comienza, por lo tanto Defe puede aferrarse a dos noticias positivas. La primera es que tendrá revancha muy pronto (recibe el domingo a Sacachispas) y la segunda es que contará con la vuelta de Juan Manuel Sosa, un emblema del mediocampo al que ayer extraño notablemente.
Por: Cristian Pasquale (@CristPasquale)
Fotos: Andrés Renaudier (@andresrenaudier)
Entrevistas: Nelson Colares (@nelsoncolares)
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