Bajo Nuñez, Buenos Aires, Argentina
«Defensores de los Derechos Humanos»
Todo comenzó con la presentación del libro «Los desaparecidos de Racing» de Julián Scher, en la secretaría del Club por iniciativa de la Subcomisión de DDHH en el mes de Noviembre. Ese día se le dio forma a la idéa de crear una coordinadora en la que comulguen distintas camisetas, donde se establezcan lazos que permitan actuar en conjunto en tiempos difíciles para los clubes y los entramados sociales solidarios.
Un proyecto colectivo, altruista, que siente las penas ajenas como propias, que no se queda de brazos cruzados, que no especula con el sufrimiento de los invisibles, de los postergados, de los humildes, de los nadie. Que mete la pata bien fuerte contra cualquier injusticia cometida contra cualquier persona, en cualquier parte del mundo.
Que sabe que el partido más importante es el de la dignidad de los pueblos y de las personas que en ellos habitan.
Sabe que los cotejos más importantes no terminan en el minuto 90, por el contrario definitivamente allí empiezan.
Se barajaron y debatieron propuestas de actividades relacionadas a la defensa, promoción y difusión de los derechos humanos, de ayer, de hoy y de siempre. Se bregará por imponer la consigna de memoria, verdad y justicia en tiempos de negacionismo histórico y atropellos al Estado de Derecho.
El único campeonato donde el campeón no es uno solo, ni es el mejor, este torneo lo gana el que no es indiferente ante los atropellos a los derechos humanos.
Hoy ese proyecto ya es una realidad, por ahora son 9 las instituciones plegadas, de ellas solamente 3 cuentan con Subcomisión de DDHH (Defensores, Ferro y San Lorenzo), pero se contagia el interes en los distintos clubes del fútbol argentino de participar.
El sueño que nos trajo hasta acá seguirá rodando hasta que la dignidad se haga costumbre.
En la foto podemos observar reflejado en una nota de agradecimiento parte del trabajo que nuestro club realiza en conjunto con instituciones como la Universidad Nacional de la Plata y la Ex-esma.
por: Martin El Lakkis
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