Defensores no pudo sumar de a tres frente a un Morón ya campeón, desperdició la chance de asegurar su lugar entre los primeros cuatro del octogonal y encima perdió a Ezequiel Aguirre. La buena noticia llegó en la previa gracias a un guiño del resto: antes del partido, Defe ya había asegurado su presencia en el reducido.
Desde lo futbolístico, cuando el pueblo Dragón esperaba una mejoría que se construyera sobre la base de los buenos resultados obtenidos en los últimos tres partidos, Defe volvió a decepcionar. Fue el reparto de una película con roles invertidos: Morón, aún con varios suplentes en su once titular, asumió el rol protagónico y el Dragón quedó relegado -se relegó- como actor secundario.
Morón se plantó en el Bajo con la misma identidad que definió su campaña de campeón: paciencia para asociarse, un equipo ordenado y un tridente ofensivo tan poderoso que sus integrantes, pese a ser suplentes en el Gallo, serían titulares en varios de los equipos del campeonato. Matías Pardo fue la figura de la noche, un dolor de cabeza primero por la izquierda para Matías Zacarías y un enigma sin respuesta para Alan Giménez cuando se recostó por la derecha.
Ezequiel Aguirre, como siempre durante este campeonato, era el único argumento para la ilusión de un gol rojinegro. Por eso, cuando cayó en el área a los 20 minutos y quedó tendido, se silenció el estadio. El Topo se levantó, pidió el cambio y aguantó con su brazo derecho inmóvil hasta que el cuerpo técnico por fin decidió sacarlo. En principio no sería nada grave, pero habrá que esperar su evolución.
El partido, interrumpido y ordinario, dejó poco durante los primeros cuarenta y cinco minutos. En el segundo tiempo, un error defensivo del Dragón le dio la chance a un Morón que no perdonó: Nicolás Ramírez batió a Albano Anconetani con un derechazo.
Defensores reaccionó en desventaja, tarde pero a tiempo para al menos rescatar un punto. Christian Podestá, el mejor del Dragón en la noche, tomó por enésima vez la iniciativa y centró para un Lucas Buono que empató el partido con un cabezazo inatajable.
La igualdad no modifica la ecuación de Defensores de cara a la última fecha. El triunfo le hubiera asegurado un puesto dentro de los cuatro primeros del octogonal, un objetivo que Defe tendrá la oportunidad de sellar en caso de ganar el clásico de la última fecha en donde no contará con Anconetani ni con Juan Manuel Sosa.
Tras la clasificación al reducido, meterse dentro de los cuatro primeros es fundamental porque en los cuartos del final del reducido, instancia que se disputará a un único partido, los cuatro primeros clasificados del octogonal no solo gozarán del beneficio de la localía sino también con la ventaja deportiva de que, en caso de un empate, el anfitrión se clasificará a semifinales.
El balance de la noche terminó siendo negativo pero Defensores, que el viernes enfrentará a Excursionistas, tendrá una chance más de cumplir un objetivo más en esta B Metropolitana.
Por: Matías Baldo
Fotos: Andrés Renaudier
Entrevistas: Nelson Colares
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