Defe cayó en su visita a Berisso en un partido que rememoró aquella derrota con Riestra por la cantidad de llegadas del Dragón, difícil de justificar la victoria de Villa San Carlos sin mérito propio para ganar se basó en el déficit de definición por parte de la visita, que desaprovechó al menos una decena de chances para marcar. Un gran partido de Soriano que marcó un gol y pudo haber convertido alguno más.
Si vamos a perder, que sea siempre así.
A los dos minutos el Dragón tenía la primera clara, se empezaba a erigir como figura del partido el arquero celeste. Quedó mano a mano el negro Enrique tras una buena jugada de Terzaghi que jugó un buen primer tiempo, el arquero atoró bien y tapó el remate.
6 minutos después Aguirre manejó de manera brillante y veloz una contra, habilitó a Terzaghi que definió al gol, pero fue anulado por posición adelantada.
Durante el primer tiempo Defe fue protagonista, San Carlos se limitaba a contragolpear y el partido se hacía de ida y vuelta. Un Aguirre en llamas esquivaba las patadas corriendo, y volvía loca a la defensa rival. Un remate de afuera del área del topo que rozó el palo y al minuto otro de Baima que se iba cerca acumulaban las chances de la visita.
El encuentro era de ida y vuelta con un Defe protagonista frente a un San Carlos que respondía con ataques, el Tano Anconetani sacó una pelota bárbara, abajo, en la primer llegada clara de «La villa».
A los 26 minutos llegó un baldazo de agua fría para Defe, gol de San Carlos en el mejor momento de la visita. Sólo dos minutos le duró porque a los 28 y tras una descomunal jugada de Aguirre con caño incluido, llego el empate en los pies de Soriano. De ahi en más crecía en ambición desde los pies del intratable «Topo».
En los minutos finales del primer tiempo los ánimos se aplacaron y el partido bajó la intensidad.
Ya en el segundo tiempo seguía la visita manejando los hilos y siendo protagonista.
En los pies del pollo Soriano Defe tuvo la ventaja varias veces, algunos mano a mano, una jugada doble que tapó la figura de la cancha Bangardino y un gol perdido inexplicablemente abajo del arco que se fue por arriba del travesaño.
En casi 30 de la segunda etapa, en el mejor momento de Defe, llegó Gerardo Maciel nuevamente para aprovechar una distracción de Nadal y facturar.
Con fastidio por haberse errado tantos goles y sufrirlos en su propia valla Defe fue con más vergüenza y amor propio que fútbol pudiendolo empatar con un tiro libre de Soriano, pero su remate se fue cerca del palo.
En caso de haber concretado todas las chances que creó el partido hubiera sido otro, pero como se mencionó al principio de esta crónica, si vamos a perder que sea siempre así.
Barajar y dar de nuevo que afinando la puntada final este es el camino.
«Pasará, ya pasará, este espejismo pasará…»
Por: Martín El Lakkis
Fotos: Andres Renaudier
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