¿Y ahora qué?
Defe sufrió ayer, en la reanudación del encuentro frente a Talleres en Escalada, la tercera derrota consecutiva en un certamen, que ya hace varias jornadas lo tiene fuera de la lucha por el único ascenso a la B Nacional que se pone en juego este semestre.
Pase lo que pase en las fechas restantes, será inevitable concluir en que Defensores ha tenido un torneo en el que no ha alcanzado ni remotamente las expectativas generadas durante el receso de verano. Se conformó un plantel sobre la base del equipo que hace sólo 5 meses peleó hasta el final el ascenso, que consiguió sumar 79 puntos en una temporada, y que a priori, sólo perdió 2 nombres de jerarquía (Barbieri y Fioretto), pero sumó otros tantos con experiencia y renombre para aportarle al plantel las características que faltaban (Soriano, Razzotti, Manzanares, Villamayor entre otros) .
Independientemente de la magra cosecha de puntos, que hoy lo tiene lejos del líder de la categoría, Defe jamás ha encontrado un rendimiento que conforme a su gente. Podría marcarse como excepción un ratito en algún encuentro (el arranque frente a Tristán Suárez y el primer tiempo frente a Platense), demasiado poco para lo que tanto el entrenador, como el plantel y sus hinchas pretendían en el inicio de la temporada.
Es inobjetable que el funcionamiento del equipo conducido por Rodolfo Della Picca, aún en los momentos de muy buenos resultados, jamás se ha destacado por proponer un fútbol vistoso, atractivo, que enamorara a su público. El Dragón, a lo largo de este proceso, construyó un conjunto dificilísimo de batir, a base de orden, compormiso, solidez y entrega. Que supo explotar al máximo sus virtudes, y que siempre supo perfectamente qué quería cada vez que saltaba al campo de juego.
Hoy parte de esos atributos se han perdido, Defe ya no tiene como aliado principal la pelota parada que le permitió sumar infinidad de puntos (perdió a su ejecutante más importante y a uno de sus mejores cabeceadores), la solidad defensiva ya no es tal y por sobre todas las cosas, muchas de sus individualidades no hay estado a la altura en estos 12 encuentos. Los líderes que se quedaron, en general han bajado el rendimiento de años anteriores (Enrique y Sosa los más notorios), otros que ya formaban parte del plantel jamás pudieron tomar un papel protagónico (Baima y Aguirre por citar algunos) y los refuerzos en líneas generales han estado muy por debajo de lo esperado (Soriano, Nadal, algo de Rose y los pocos partidos de González las excepciones).
Ahora bien, intentando frenar la pelota y pensar en cómo encarar lo que queda del semestre, está claro que Defe tendrá un solo objetivo por delante, tan importante como complicado, como es la Copa Argentina. Una torneo, que a partir de esta edición ya no tiene la participación de todos los equipos del fútbol argentino, por lo tanto el acceso a jugarla será difícil de lograr, y el rojinegro tendrá que tratar de explotar al máximo esta oportunidad, pese a que de arranque tendrá que vérselas con un equipo de la máxima categoría del fútbol Argentino (Atlético Tucumán).Esta claro que éste no era el objetivo escencial del Dragón para esta temporada, pero los mismos se han visto modificados de acuerdo a los pobres resultados obtenidos en el campeonato de la primera B metropolitana.
Al margen de apuntar los cañones a la copa, se plantea también el interrogante de cómo encarar las 7 fechas que restan par el final del campeonato y aquí me parece oportuno dejar sentada una opinión de cara a lo que resta. Estos encuentros probablemente signifiquen poco para aquellos jugadores que ya saben que no continuarán en la Institución a partir de junio, pero tienen una importancia tremenda para cualquier juvenil que pueda sumar minutos en la primera división de Defensores. Hay muchos chicos que empujan, se destacan en reserva y esperan su lugar. Ojalá aprovechemos estos partidos para empezar a verlos, para darles rodaje y que cada uno de ellos pueda demostrar su valía. El holgado promedio y la lejanía de la punta lo permiten.
Para el final un mensaje aclaratorio: Defensores necesita que seamos constructivos, eso no significa negar lo que nos pasa. Concibo el positivismo como una manera de apoyar cuando las cosas no están bien, no como una forma de expresar sistemáticamente que todo está bien. Las críticas, muchas veces contruyen más que los elogios, siempre que sean enunciadas desde el respeto.
Necesitamos de todos para que el mal trago pase pronto. Vamos Defensores carajo.
Por:Cristian Pasquale
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