Encarrilando
Cada año en cualquier campeonato de fútbol al que a uno se le ocurra bucear, se podrá encontrar con varios equipos que no teniendo su mejor momento futbolístico en determinado lapso de la temporada, “se encuentran” con algún resultado positivo, que empieza a llenar de confianza al plantel, ese fortalecimiento anímico da paso a una mejora en el rendimiento individual, colectivo y todo comienza revertirse.
Podrá decirse sin duda, que a Defensores nada le resulta tan sencillo. Porque el equipo conducido por Rodolfo Della Picca no pudo encontrarse con ningún resultado cuando el rendimiento no fue bueno durante algunas jornadas. El Dragón, insinuó resurgir en esos primeros 25 minutos muy buenos frente a Tristán Suarez, pero luego se fue apagando y terminó cayendo en un segundo tiempo lleno de errores y dudas.
Posteriormente, llegó el momento de visitar Escalada, y ese ratito que pudo jugarse antes de la suspensión mostró un Defe que empezaba a dar señales de levantarse. Una postura mucho más audaz, bien plantado en campo rival (arriesgando incluso a jugar mano a mano atrás) y apretando en todos los sectores de la cancha, nos hicieron creer y vislumbrar que el equipo empezaba a encontrarse. El doble 9 le dio más peso ofensivo, Rose trabajó en el medio pero sobre todo fue un extremo profundo cada vez que el rojo y negro atacaba y entre Sosa y Razzotti cortaban y distribuían todo lo que pasaba por el centro del campo.
Llegó el turno de recibir a Platense y si hasta ahora Defe sólo había insinuado, esa fue la confirmación de que la levantada era un hecho, pero por sobre todas las cosas, llegó acompañada de una gran victoria. Ese primer tiempo, el Dragón se pareció mucho al equipo protagonista de la temporada anterior, asumiendo su obligación de sumar de a tres, apretó, ahogó a su rival y haciendo una gran lectura de lo que pedía un campo pesado y con mucha agua (mérito del DT), llenó el área marrón de envíos aéreos y pulverizó a cabezazos a un rival que jamás entendió como jugar el partido.
Ahora sí llegaba una parada complicada, ya con la confianza de una victoria en un partido especial, Defe fue a Jáuregui a ratificar su mejoría, y a conseguir otro triunfo en un reducto siempre complicado, para ilusionarse con prenderse en un torneo que todavía le da posibilidades. El Dragón se trajo esos valiosísimos tres puntos, pero especialmente se trajo la sensación que el equipo empieza a encontrarse. Que Soriano se siente un poco más cómodo tirándose atrás a jugar, dejando al espartano castigarse con los centrales, que Rose le da la profundidad a la banda izquierda que no había tenido hasta ahora, que Sosa y Razzotti cada vez engranan mejor y por sobre todas las cosas, que la firmeza defensiva, baluarte de este equipo en todo este proceso, comienza a recuperarse.
No se intenta trasmitir que Defensores sea ya el equipo que soñamos, ni seguramente el que Fito imaginó en toda la pretemporada. Pero Defe ya trasmite otras sensaciones, y como se dijo, los triunfos aumentan la confianza, ésta mejora los rendimientos indiviudales, y el resultado es un colectivo que crece y nos permite soñar. El margen de error es nulo, y cada fin de semana, habrá que ratificarlo. Que así sea.
Por: Cristian Pasquale
Comentarios