Defensores de Belgrano le ganó por 1 a 0 a la UAI en el Juan Pasquale, con gol de Miguel Barbieri y volvió a treparse a la punta del Torneo.
El Dragón sabe desde hace un par de fechas que sólo sirve ganar en esta instancia, que no hay margen de error, al igual que sus rivales en la pelea por el campeonato. Salió a la cancha sabiendo que podía alcanzar a uno de los punteros, porque Brown (A) ya había empatado con Platense (todavía falta esperar el resultado de Estudiantes, que sólo ganándole a Acassuso puede quedar solo en la punta) y esa responsabilidad de tener que jugar todos los partidos buscando los tres puntos no le pesa para nada. Y no le pesa porque está concebido, gestado, creado para bancarse las paradas más difíciles que puedan plantearse.
Por eso, Defensores al que le calza perfecto el traje de protagonista, de salir a matar o morir, de entregarse el todo por el todo, de jugar finales todas las semanas, salió a buscar la victoria desde el segundo inicial. A pesar de las erráticas palabras del Dt visitante días antes del partido, quien dijo que iba a salir a buscar a Defe en el Bajo porque el equipo de Della Picca no sale a buscar los partidos, que no ataca, que no propone. Increíble que en esta era de las comunicaciones, con un Dragón al que prácticamente lo han televisado todos los partidos de local, un técnico tenga tanto desconocimiento de un rival que con el de hoy lleva 36 partidos invictos de local, con 24 triunfos y sólo 12 empates. Una locura creer que Defensores que está peleando el ascenso desde la 5ta fecha, no salga a buscar el partido.
Con la vuelta a la titularidad de Nahuel Fioretto y Matías Italiani, otra muestra de que Defe iba por todo, el Dragón salió decidido a buscar ponerse en ventaja desde el arranque. Y pudo ser desde los pies de Chiquilito a los dos minutos, pero el uno visitante logró desviar el disparo que se colaba junto a su palo izquierdo. Defensores se adueñó de la pelota, del terreno y empujaba con las subidas por izquierda de Italiani y Baima o por derecha con Serrano y Enrique. Sosa y Fioretto adueñándose del medio y distribuyendo el juego y Chiquilito y Buono corriendo todas. Defe llevaba peligro pero no lograba dar la estocada final.
Y ojo que no vamos a decir que defensores bailó a la UAI, para nada, pero fue muy claro que el Dragón quería el triunfo y a la visita le cerraba bárbaro el negocio llevándose un empate. Entonces fue todo de los de Fito que no lograban ser finos en los metros finales. Con el paso de los minutos se bajó la intensidad y se comenzó a trabajar en el desgaste del rival, que como no proponía, tampoco llegaba. El desgaste en definitiva por iniciativa, por necesidad, por la urgencia del triunfo terminó siendo de Defe, pero no un desgaste que achique a este equipo, al contrario, porque trata de pegarte fuerte al principio, pero si no llega ese gol que abra el partido temprano, estos monstruos se ponen el traje de guerra y sacan ese amor propio, esa característica única e inigualable de no darse por vencido y van con más fuerza que nunca.
Se fueron al descanso con el marcador en cero. A meterse al vestuario a juntar fuerzas, a alentarse, a bancarse, a volver a convencerse que la victoria tiene que llegar de tanto ir a buscarla.
Y para la segunda mitad no cambiaron los roles, un Defe que salió a buscar el triunfo y la UAI que quería firmar el empate.
Y El Dragón empezó a avisar, pudo ser de Buono luego de una pifiada del último hombre de la visita, pero “El Espartano” se sorprendió con lo sucedido y no llegó a conectar el balón. Lo tuvo también “El Carpincho” Amaya en dos oportunidades, en la primera le tira un sombrero a su marcador pero la pelota se le va larga y no llega a terminar la jugada, en la otra aguanta gira y casi sobre la línea de fondo saca un potente remate que logró desviar al córner el arquero visitante (de gran tarea) cuando se le colaba por el primer palo.
Hasta que a los 32’ llega un nuevo córner para Defe en los pies del “loco” Fioretto quien con su gran pegada metió un bochazo perfecto para que Barbieri, la gran promesa y orgullo de nuestras inferiores, conecte un soberbio cabezazo y decrete el uno a cero para el Dragón.
Y llegó la tranquilidad con ese gol, pero se siguió en la búsqueda de ampliar la diferencia. UAI mágicamente cambió pasividad plena por desesperación en conseguir la igualdad, pero a este Defensores no lo asustas con nada, porque sabe cómo aguantar si querés venir a buscarlo. Y comenzó otro partido la visita salió del fondo dejó de tardar siglos en los saques de arco, laterales o tiros libres y sin darse cuenta le regaló los espacios para que Defe lo remate de contra. Y pudo tranquilamente haber metido alguno más, por lo menos la del “Negro” Enrique luego de una corrida y guapeada de Buono que toca para el medio para la entrada de Enrique que definió rápido pero por arriba cuando el uno de UAI intentaba salir.
Un nuevo triunfo de Defensores en una nueva final. Trabajado, jugado con mucha intensidad y una carga de adrenalina enorme, que nos deposita nuevamente en la cima del torneo, que nos mantiene vivos cuando todos nos daban por muertos, un triunfo que vuelve a demostrarle a los que nos ningunean, a los que dicen que no jugamos a nada, a los que no quieren o no los dejan nombrarnos como grandes candidatos y uno de los mejores equipos del torneo, que se queden tranquilos, que sigan con esa postura, que nosotros no necesitamos que nadie diga lo que somos o para que estamos, porque los que estamos convencidos de lo que queremos y preparados para lograr objetivos y sueños sólo necesitan el aplauso, el aliento, el reconocimiento y el amor de su gente que deja la vida fuera de la cancha como ellos dentro.
Por: Gustavo (Chino) Carmona
Fotos: Andrés Renaudier
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