Por la fecha 33 del torneo primera B metropolitana, Defensores cayó por 1-0 ante Temperley en el sur, y se complica cada vez más la permanencia en la categoría. Luego de la suspensión del encuentro ante Fénix por las fuertes lluvias, el dragón llegaba descansado y motivado, sabiendo que no podíamos dejar más puntos en el camino, que la situación ya no invita a regalar nada.
En el comienzo el equipo de “fito” tuvo la iniciativa, sin mucha claridad pero con la actitud necesaria buscaba abrir el marcador. Luego de un gran saque de arco de Anconetani, que dejó mano a mano a Bueno, el delantero recibió un fuerte golpe por parte de Crivelli quién fue expulsado y penal para Defe. En ese momento, uno que lleva los colores en el alma, que le duele cada minuto de esta agonía, miraba al cielo y le pedía a dios por favor, dame una, que entre, lo quiero gritar y empezar a enderezar el rumbo. Pero el arquero suplente del “gasolero” (que ingresó por el expulsado Crivelli), entró motivado, como si estuviese jugando la final del mundo, justo contra nosotros.
El árbitro dio la orden y Grecco le pegó a la derecha del uno, que sacó una gran pelota al córner. Sin dudas fue un golpe anímico negativo para Defe que, si bien seguía empujando, recibió una trompada de frente de la cual nunca más se pudo recuperar.
El equipo local llegó al gol luego de una jugada increíble, en la cual atacaban con tres hombres y con un centro desde mitad de cancha Brandan, de cabeza, la mando adentro del arco. La locura se apoderó de los locales que no se esperaban una victoria, por como jugaba Defensores y por estar con un jugador menos.
El tiempo pasaba y las urgencias cada vez eran más, Della Picca realizó la primera variante a mitad del primer tiempo: ingresó Colitto en lugar de Fassi, pasando Sosa a jugar de central. Pero parece que el viento nos sopla, más que nunca, de contra. Cuando estaba por finalizar la primera etapa, la pelota nuevamente no quiso entrar. Ni Bueno ni Grecco pudieron soplarla y el arquero local la sacó en la línea. El dragón se fue al vestuario sabiendo que no era imposible el empate, pero que había que salir con el cuchillo entre los dientes para poder dar vuelta el resultado. El complemento fue un poco más de lo mismo.
Desde el vestuario ingresaba Romero en lugar de Grecco para ver si se cambiaba un poco de aire en la delantera, pero nuevamente demostró falta de actitud y casi ni tocó la pelota. Si bien Defe los primeros 15 minutos lo puso en aprietos a un Temperley retrasado y parado de contra, no salía la puntada final. Generábamos juego en los pies de Fioretto, que abría constantemente la pelota para Serrano o Colitto y de ellos salía siempre un centro que terminaba en la cabeza de los centrales locales. El local pudo estabilizar el juego y tuvo un par de jugadas claras de contra pero no las pudo meter y le daba vida a un Defensores desesperado. Para el final del encuentro queda por destacar un pelotazo increíble de Serrano que salió besando el travesaño y otra de González (quién ingresó por Monge) que pasó cerca.
El árbitro pitó el final y se sintió como una puntada de un cuchillo en la espalda. Una angustia incontrolable, que no se puede explicar, que solo los que llevamos a Defe en el corazón podemos sentirla. Pero no hay que bajar los brazos, es imposible decir que estamos muertos, somos Defensores, tenemos ese fuego sagrado que ninguno tiene, ese fuego que podemos sacar de adentro en cualquier circunstancia y cuando menos se lo esperen lo largamos.
Siguen quedando todas finales y los números dan. Siempre estuvimos en las buenas, pero mucho más en las malas, porque cuando nos dicen `para que sufrís tanto`, porque cuando veo a los que ya festejan y nos dan por descendidos, porque nadie va a entender que somos únicos y diferentes. Defe la va a pelear hasta el final, como siempre. Porque este amor nadie lo entiende y nunca, pase lo que pase, se va a terminar.
El árbitro dio la orden y Grecco le pegó a la derecha del uno, que sacó una gran pelota al córner. Sin dudas fue un golpe anímico negativo para Defe que, si bien seguía empujando, recibió una trompada de frente de la cual nunca más se pudo recuperar.
El equipo local llegó al gol luego de una jugada increíble, en la cual atacaban con tres hombres y con un centro desde mitad de cancha Brandan, de cabeza, la mando adentro del arco. La locura se apoderó de los locales que no se esperaban una victoria, por como jugaba Defensores y por estar con un jugador menos.
El tiempo pasaba y las urgencias cada vez eran más, Della Picca realizó la primera variante a mitad del primer tiempo: ingresó Colitto en lugar de Fassi, pasando Sosa a jugar de central. Pero parece que el viento nos sopla, más que nunca, de contra. Cuando estaba por finalizar la primera etapa, la pelota nuevamente no quiso entrar. Ni Bueno ni Grecco pudieron soplarla y el arquero local la sacó en la línea. El dragón se fue al vestuario sabiendo que no era imposible el empate, pero que había que salir con el cuchillo entre los dientes para poder dar vuelta el resultado. El complemento fue un poco más de lo mismo.
Desde el vestuario ingresaba Romero en lugar de Grecco para ver si se cambiaba un poco de aire en la delantera, pero nuevamente demostró falta de actitud y casi ni tocó la pelota. Si bien Defe los primeros 15 minutos lo puso en aprietos a un Temperley retrasado y parado de contra, no salía la puntada final. Generábamos juego en los pies de Fioretto, que abría constantemente la pelota para Serrano o Colitto y de ellos salía siempre un centro que terminaba en la cabeza de los centrales locales. El local pudo estabilizar el juego y tuvo un par de jugadas claras de contra pero no las pudo meter y le daba vida a un Defensores desesperado. Para el final del encuentro queda por destacar un pelotazo increíble de Serrano que salió besando el travesaño y otra de González (quién ingresó por Monge) que pasó cerca.
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