Defe ganaba con un golazo de Serrano digno de la liga inglesa. Pero se durmió en dos segundas jugadas al principio y final del segundo tiempo y se fue con las manos vacías.
Aunque los resultados indican otra cosa, el hincha de Defensores tiene esa devoción y esas ganas de ver al equipo más allá de todo. Al fin de cuentas, por eso representa los colores a pesar del mal momento. Pero el Dragón no te hace la segunda. Si hasta cuando merece más, se va con menos. Si aún cuando supera a su rival tiene que sufrir dos desatenciones tras unos rebotes para pasar otra tarde preguntándole a la persona que tenga más cerca por qué no le gustó el bádminton en lugar del fútbol.
Defensores despertó ilusiones de entrada. Porque Maxi Serrano –otra vez el mejor– encaró por el medio y mientras la defensa de Barracas se abría como las aguas del mar Rojo aprovechó para soltar la pierna y estrelló la pelota contra el poste derecho de Elías Gómez. Incentivo para el equipo de Cachín que era más que el local con el desborde de Serrano por la derecha, Federico Maraschi mitad creador, mitad segunda punta y Rodrigo Canario como un faro que guiaba todos los ataques. Ojo que Defensores también sufrió. Es que ese cuadrado central imaginario que forman el doble cinco Díaz-Perugini y la zaga Porcel-Toranzo volvió a ser el tema de debate. Con los volantes muy pasivos y los defensores fallando en la marca, Lucas Calviño debió intervenir un par de veces para evitar que Barracas se ponga en ventaja.
Pero a pesar de eso y si bien la supremacía no era total, tampoco extrañó demasiado que el primer grito lo pegue Defe. Serrano ya había amenazado con aquel remate tempranero. Pero a los 38 ajustó la mira, se llenó el empeine de pelota lanzando un misil que volvió a pegar en el palo, pero esta vez se fue para adentro para ser un gol aún más lindo. Era justo, merecido. Pero el entretiempo para el Dragón duró 16 minutos. En un suspiro tiró a la basura todo lo bueno que hizo en la primera parte, la ventaja, la charla técnica que seguramente fue dedicada a cómo manejar el partido… Es que una serie de desatenciones tras unos rebotes lo dejaron solo a Fabián Santana para que ajusticie a Calviño a los 30 segundo del complemento.
Y de ahí en más, a remar otra vez. Para colmo se perdió una pieza importante: la lesión de Miguel Barbieri obligó a que Serrano vaya de lateral y si bien el ingresado Jorge Correa generó cierta peligrosidad, el mejor hombre del Dragón pasó a estar más cerca de su propio arco que del rival. Entonces Defe perdió la pelota, no podía salir con claridad de su campo, sólo intentaba con alguna contra aislada y encima volvió a pecar en su propia área.
Nueva pelota aérea y tras el error de Calviño, Santana volvió a encontrarse sólo en una segunda jugada ante la pasividad de la última línea para romper el arco. Era victoria y fue derrota. Era quedar a siete de Barracas, pero ahora es 13 en esa tabla virtual de promedios que será real en ocho fechas. Era para salir con una sonrisa de punta a punta de Olavarría y Luna, pero Defe falló y no nos hizo la segunda.
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