Finalizaba el primer tiempo, Gaby Pereyra intentó gambetear un rival sobre la punta izquierda y hundió su pié en el césped. El pozo quedó marcado sobre la cancha y, paradójicamente, en el andar futbolístico del equipo. Mala leche, porque Defensores venía de hacer una aceptable primera etapa, empujando y proponiendo desde el inicio, encontrando la ventaja antes de llegar a los 25 minutos.
El gol de Gaby fue consecuencia de un segmento en donde Defensores llegaba con asiduidad al área rival y sólo debía imprimir en el tanteador la superioridad ejercida. Desde allí, y hasta el final de los 45 iniciales, se reguló con un cierto retraso que puede entenderse desde la pesadez del campo juego; que aún mostrándose en buen estado, tenía mucha agua acumulada por las circunstancias climáticas sabidas. Llanto, camilla, reemplazo del “místico” y vuelta de página.
Bazán Vera pidió perdón, volvió a hacerle un gol a Defensores. Eso es Mala Leche, o una eterna maldición. Los atributos del “indio” son inobjetables, más allá del grosero error del arquero local. Cuando corrían 23 minutos de ese segundo tiempo, la paridad era justa. Sin Gaby, El Dragón perdió su intención de ataque y la pelota quedó huérfana, dado que los tutores resultantes no tuvieron criterio ni respeto por el camino que había llevado a los de Duró a sus buenos momentos de juego. Cristian Bustos era el indicado, pero estuvo errático en sus decisiones. Ni Roda aguantando y pivoteando, tampoco el Bocha y Nadal pasando y, mucho menos, Lo Bianco en sus esporádicos intentos de intervenir, pensaron un diseño práctico para llegarle a una visita de más carencias que virtudes. Posat ausente, sólo Serrano supo jugar por encima de la media y merece una aprobación.
Fueron 2 tiempos diferentes, uno para cada equipo, con sola constante regular: las pésimas intervenciones del árbitro. Ramiro López ignoró un penal a favor de Defe durante el primer tiempo, por un manotazo en el área de un rebote en jugada de pelota parada; otro en el segundo, tras un empujón artero de un defensor visitante hacia un atacante local, ellos sumados a la sanción de una falta inexistente previo al gol de Tristán y a criterios dispares para cobrar faltas y amonestaciones. Eso sí, con una tendencia sospechosa, que es el MALA LECHE.
El conformismo de los 2 partidos anteriores no aplican a éste: muchas imprecisiones, inseguridades defensivas y en el arco devienen en una preocupación que, así y todo, es reversible. De cara a Morón, próximo rival, habrá que suplir la función de Gaby Pereyra sin alterar el dibujo ofensivo, el cual posee una idea armoniosa de ataque y limpiar los abusos del pelotazo inconducente.
por: Federico Medina
Defensores de Belgrano 1: Pablo Torresagasti; Pablo Batallini, Miguel Porcel, David Lencina, Gustavo Toranzo; Cristian Bustos, Maximiliano Serrano, Iván Nadal (84’ Lucas Colitto); Gabriel Pereyra (45’ Ariel Posat); Leonardo Roda y Luciano Lo Bianco (70’ Martín Batallini).
Suplentes: Carlos Bangert, Brian Noguera, Jorge Correa, Carlos Perrona.
Tristán Suárez 1: Horacio Ramírez; Sebastián Pérez, Eduardo Méndez, Daniel Santín, Mauricio Almada; Pablo Despósito (54’ Diego Sequeira), Rodrigo Vélez (81’ Leonardo Melián), Jonathan Páez; Luis Peña; Daniel Bazán Vera y Emanuel De Porras (72’ Matías Conti).
Suplentes: Iván Brun, Ignacio Vilariño, Ezequiel Vicente, Ismael Villalba.
Goles: 22’ Gabriel Pereyra (DEF), 76’ Daniel Bazán Vera (TRI)
Amonestaciones: Porcel, Nadal, P. Ballatini, Toranzo (DEF), Vélez (TRI)
Expulsiones: Guillermo Duró (DT de Defensores de Belgrano)
Árbitro: Ramiro López
Asistentes: Gabriel Morando, José Barranco
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