Como en los últimos partidos, Defensores volvió a convertirse solo. Un error en la última línea destrabó un partido parejo que terminó en goleada. Defe cayó 3-0 ante Brown y sigue cayendo sin encontrar el fondo.
El hincha de Defensores se sentirá como ese hombre o mujer que intenta mantener viva una relación porque sabe que lo que tiene a su lado es el amor de su vida. Sin embargo, éste le devuelve cachetazos, disgustos, le genera impotencia y hasta el tener que soportar estoico las ganas de soltar alguna lágrima. El hincha de Defensores se irá de su casa, se juntará con sus amigos para debatir y descargar toda la mala sangre acumulada, pero volverá. Dentro de una semana –día más, día menos– estará nuevamente junto a su amor con la ilusión de que le devuelvan algo, que le saquen una sonrisa. O en el peor de los casos, sacará pecho, pondrá la otra mejilla y recibirá un nuevo golpe que parecerá de nocaut.
Es que ante Brown, tal vez fue el impacto más duro del 2012. Eso que los hubo. Y muchos. Pero ninguno había sido un baile. Porque otra vez Defe se encargó de auto boicotearse. Porque otra vez le tiro kilos de tierra encima a un partido que planteó de forma inteligente de entrada. Porque otra vez, ante la falta de contundencia de su rival, Defe se puso un ancla en el pie por decisión propia para hundirse en lo más hondo de un mar que parece no tener fondo y lo pierde fecha tras fecha en la oscuridad de los desconocido, de donde se hace más difícil encontrar una salida.
El encuentro era parejo. Con un esquema y nombres pensados, armados, diagramados para el contragolpe, Defensores le disputaba la mitad de la cancha a Brown. Había llevado el partido al territorio que le convenía: barullo, fricción, pocos espacios para que el equipo de Pablo Vicó no pudiera trasladar la pelota. Todo eso que había pensado Guillermo Duró se cumplía al pie de la letra.
El pizarrón lo había podido trasladar al campo. Lo obligaba al Tricolor a dividir la pelota, a tener que recurrir al pelotazo como recurso en más de una ocasión. En uno de esos, tal vez el más inocente, el más bombeado, el más controlado… terminó en gol. Una mala decisión de Leonardo Griffo, una duda Arturo Villasanti, un Iván Nadal que se desentendió de la jugada y un Fabro que se aprovechó de todos para el 1-0. Fue la bisagra. Porque Defensores tuvo que cambiar lo que había planeado durante toda la semana y que hasta ese momento le salía a la perfección. De esos 28 minutos del primer tiempo hasta hasta los 90 finales fue figurita repetida.
Duró intentó con un cambio de dibujo al pasar del 4-4-2 inicial a un 4-3-1-2, con cambios de apellidos para ser más ofensivo, pero cual argumento de novela romántica –o de terror, en este caso–, el rojinegro se chocó ante sus limitaciones ofensivas una vez más. Un Ezequiel Lazo que pasó inadvertido; Gonzalo Ludueña que intenta, pero queda limitado por la banda al jugar tirado hacia la izquierda; Arnaldo González que parece potenciar sus errores y ocultar sus virtudes; Lucas Colitto que cada vez que ingresa tiene que cargar sobre sus 17 años un mal partido de los demás, un mal resultado responsabilidad de otros, un mal año del resto…
De nada sirve describir el segundo tanto de Brown, un golazo que incluyó taco en el aire, precisión, velocidad, superioridad numérica… Menos aún contar el tercero, que lo hizo casi sin querer, sin buscarlo, sólo porque Defensores ya tenía la cabeza en otro lado. Casi dejando en evidencia que la fuerza y la motivación no sale del alma, de las entrañas ni para evitar la goleada.
«Yo ubico bien a los jugadores en la cancha. El problema es que después se mueven», dijo alguna vez Alfio “el Coco” Basile. No habrá mejor descripción para este momento del Dragón. Porque más allá de los dibujos, las ideas y los intentos de los entrenadores de turno, la responsabilidad y las decisiones la toman los jugadores. Y en su mayoría, fallan.
SINTESIS
Brown de Adrogué (3): Sergio Matinella; Rodrigo Acosta, Guillermo Esteban (75´ Cristian Biglia), Ernesto Del Castillo, Ariel Ortemín; Fernando Enrique, Leonel Unyicio, Martín Fabro (65´ Oscar Villamayor), Facundo Lemmo; Martín Minadevino y Andrés Guzmán (73´ Martín Avalos).
DT: Pablo Vicó.
Suplentes: Lisandro Mendoza, Gastón Trotta, Pablo Casado, Roberto Dovetta.
Defensores de Belgrano (0): Leonardo Griffo; Mario Flores, Arturo Villasanti, Luciano Nebot, Iván Nadal; Cristian Bustos, Miguel Porcel (44´ Arnaldo González), Santiago Sommariva (55´ Lucas Colitto), Cristian Lillo; Gonzalo Ludueña (75´ Carlos Perrona) y Ezequiel Lazo.
DT: Guillermo Duró.
Suplentes: Juan Gambandé, Javier Luquez, Maximiliano Serrano, Gastón Barboza.
Goles: 28´ Fabro, 72´ Enrique y 87´ Minadevino.
Amonestados: Griffo, Nebot (D); Fabro, Unyicio, Guzmán (B).
Incidencia: El PT estuvo detenido 11 minutos por incidentes en la tribuna de Brown.
Árbitro: Paulo Vigliano.
Asistentes: Mario Medina y Leandro Vieta.
Facundo Cámera
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