A principios de 1931, cuando se ponía fin al interminable Torneo de 1930, surgió con fuerza inaudita la profesionalización del fútbol, propuesta por los equipos poderosos de entonces, que no estaban dispuestos a compartir sus ganancias con los más débiles, entre ellos Defensores de Belgrano.
Defensores quiso entrar en la Liga Profesional, pero los poderosos no lo quisieron. Su escaso número de socios, la falta de cancha propia, la escasa convocatoria y la imposibilidad de formar un equipo competitivo, atentaban contra el deseo de ser profesional.
Uno (entre muchos otros) de los argumentos que esgrimían los poderosos para «quedarse con la torta», era el gran número de equipos que conformaban la Primera División (36 en 1930), que debía abreviarse «si o si». Pues bien, lo hicieron, sin tener en cuenta las consecuencias de este proceder, y lo hicieron no precisamente dentro de la cancha.
Hoy, 80 años después, se propone una reestructuración inversa, la cual supone un beneficio para Defensores, ya que sería ascendido de Categoría. No obstante, este ascenso para todos, no aclara en ningún ítem, quienes serán los perjudicados (aunque queda muy claro quienes los beneficiados). En lo particular, soy partidario de los ascensos en la cancha y he disfrutado enormemente del éxito deportivo de Defensores (por mi edad en 1967, 1972, 1991/92 y 2000/01). Igualmente, he disfrutado de las campañas de 1984, 1985 y la del año pasado fundamentalmente, aunque no se hayan coronado con un ascenso, porque perder, es también parte de este juego.
Veremos que nos depara el futuro, ya que hasta aquí, Defensores sigue creciendo en muchos aspectos, caminando hacia adelante, y no debería afectarlo ningún cambio. Sería lindo poder consolidar en la cancha lo hecho este último año.
por: Javier Bava
jbava@defeweb.com.ar
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