¿Qué se viene ahora?, se preguntará el amigo defensorista. El sprint final, la recta definitoria de un campeonato supercompetitivo que otorga, por errores organizativos, un solo ascenso y un solo lugar en una durísima promoción.
¿Cómo estamos? Indudablemente, nunca habíamos llegado a un receso de fin de año tan bien parados como ahora. Matemática y futbolísticamente hablando digo. Matemática porque ni el campeón del 2001 llegó al receso tercero a hipotéticos 6 puntos del puntero (hay que ganar en Barracas, muchachos)… Futbolísticamente, porque este equipo demostró durante diez fechas (que no es poco) ser poco menos que invencible…
¿Qué tenemos? La mejor defensa del campeonato, seguro. Dirigida por el experimentado Griffo desde el arco (ojo, que el pibe Oviedo respondió bien cuando le tocó), los del fondo fueron la grata sorpresa del equipo y del torneo también. El Bocha, Fisu, el Flaco, Lucho, Ivan y Tara, cuando le tocó jugar, respondieron con creces. Se formaron en el club y tienen el mismo hambre y la misma sed que nosotros por ganar algo y dejar su nombre en el firmamento del Bajo.
¿Cómo sigue? Della Picca, viejo zorro del ascenso, armó uno de los mediocampos más equilibrados de la categoría. Al quite y la entrega de Arce y Porcel, le sumó el fútbol de Sommariva, Mansilla y el genial Lucho. Claro que como todos los genios del mundo, a veces se quedan durmiendo adentro de la lámpara y las papas las tienen que salvar otros.
¿Y los otros? Los otros son los Tanques de arriba. El amado Giménez y el Lobo Montenegro. Implacables en las primeras fechas y erráticos sobre el final. Alimentados por los ingresos de Coria y Cobián que cuando entraron cumplieron con goles y buenas actuaciones.
¿Qué nos falta? El distinto. El que el día que los Tanques y los genios del medio no funcionen, se ponga el traje de héroe y nos haga ganar el partido. Para eso llegó Carlos Santibáñez, un pibe que dejó de ser tal y se fue a jugar a Chile (al Santiago Morning). Un jugador que con 25 años cumplidos quiere dejar de ser la promesa que fue alternando la primera de Argentinos Juniors y ganar algo importante con el club que nos quita el sueño.
¿Por qué una sola incorporación? Porque el club, la Comisión Directiva y la Subcomisión de Fútbol privilegiaron la calidad a la cantidad. “Para que venga alguno tiene que ser mejor que lo que hay acá o algún tipo de jugador que no tengamos…” Y Santibáñez es eso. Creativo, armador, definidor de partido cerrado y penetrador de defensas de hacha y tiza… Lo recibimos con la expectativa de siempre… y los mejores deseos… Viene a dar la vuelta con nosotros, dentro de cinco meses…
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