Cuanta alegría, y que saludable desahogo. El título evoca a una ópera basada en un cuento del Realismo Siciliano que trata de un amor que culmina en violencia y rusticidad.
El es un soldado que, cuando va a la guerra, su mujer se casa con otro y a su regreso recompone la relación. Aunque, entre mentiras y celos, esa unión desemboca en una escena que muestra una contienda soez, sanguínea y de cuchillazos. Los más veteranos recuerdan con simpatía aquéllos años en que repartían sus fines de semana viendo a Defe los sábados y al calamar en sus domingos de primera. Tardes de armonía y pactos de buenos anfitriones. Pero a los de Saavedra, un día, los sorprendió la desgracia y casi sin darse cuenta los acobijó esta B Metropolitana mientras el dragón se hacía ancho flameando sus colores y moviendo su gente por todo el país en el añorado Nacional. Fue allí cuando la simpatía se eclipsó entre la envidia y el decidio de aquel que no supo retribuir las gentilezas al descubrirse inferior. Por ello, en estos días, el barrio se fragmenta entre las pasiones y nos regala este clásico.
El mediodía de Vicente lópez fue el escenario del acto, por ahora, final: el de las rusticidad y las puñaladas. Y Defensores, en potencia de su hombría, supo resolver cada línea de la tragedia.
A pocos segundos del comienzo, Defe pudo imponer una presencia protagónica. Firme, ordenado y cauto. Siempre en el campo rival y sin pasar sobresaltos. Cada cual con su marca y a la espera de poder salir con velocidad. Platense aún pagaba viejas deudas de su reordenamiento y la asimilación de esta nueva etapa en la categoría de los históricos. Y, cuando se trata de barrio y rencor, aflora quien se precia de la mayor guapeza. «El Tanque» Giménez puso su cuerpo avasallante y conectó con precisión la asistencia de Montenegro. Defe estaba arriba en tan solo un cuarto de hora y la los marrones se los llevaba la corriente del desatino. Mauro Vigliano, se supone colegiado y a sus íntimos les cuenta que es árbitro, se apiadó de los locales y comenzó a entregar dádivas permisivas para equiparar el trámite. El blandito Brian Robert se dejaba caer con facilidad y tenía licencia para los silbatazos. En uno de esos tantos tiros libres de procedencia dudosa, Maxi Castano aprovechó un corto despeje y anotó el empate.
Los dos maniatados, con su arco vulnerado, debían resolver el duelo. Y aquí apareció el mejor Defensores. Con suma firmeza en sus centrales, seguridad de portería, la mesura de los laterales y un mediocampo de destacada actuación. Juego en «Lucho» Gónzalez, quite y marca en Porcel, despliegue y equilibro en el saludable Santiago Sommariva; todo ello con el complemento de un incansable Mansilla por izquierda, obligando en forma constante y atento a su marca en el regreso. El frente ofensivo aportó la potencia. «El Tanque» cumplió, ofreciendo su presencia y dejando el cuerpo por cada balón. Andrés Montenegro, con su constancia infinita, peleó cada posesión como si fuese la última. Luchó, jugó, asistió al 9 para el primer tanto y, claro y justo, recibió el premio a su perseverancia en el momento clave para hundir el facón. Recibió el centro de Gonzalez y se arrojó para anticipar al vencido Sanchez. Final del primer tiempo, Defe ganando y Platense padeciendo.
Más de los mismo para la segunda parte, todos los atributos del equipo de Fito se mantuvieron y permitieron a Defe controlar el juego a su criterio. Con un orden inalterable y una personalidad de estirpe ganadora. Fué seguro y recio, no titubeó ante los avances desesperados del rival quien, en los últimos 10 minutos, tenía cuatro delanteros en cancha. La única amenaza concreta no tenía camiseta marrón, Mauro Vigliano dirigió mal y su accionar fue tendencioso.
Y así se apagaba la tarde, con Defe aguantando sin sufrir. Pero el clásico debía una decoración a tanto mérito y notable supremacía, y el toque sútil lo ofrendo Albano Becica, el «Suavecito» definió a la gallega y puso la vaselina que le faltaba a tamaño triunfo.
El barrio es nuestro, en la victoria y el orgullo de un equipo que supo interpretar lo especial de la partida. Y así lo vivimos, tal como nacimos: en carnaval. A ellos que les cante «El Polaco»……»cruel en el cartel, la propaganda manda cruel en el cartel, y en el fetiche de un afiche de papel, se vende una ilusión, se rifa el corazón…..»
FICHA DEL PARTIDO
FORMACIONES
Defensores de Belgrano (3): Leonardo Griffo; Pablo Batallini, Leandro Martínez Montagnoli, Luciano Nebot, Ivan Nadal, Luis Gonzalez(90´ Maximiliano Serrano) ; Santiago Sommariva, Miguel Porcel, Jacobo Mansilla; Andres Montenegro (81´ Albano Becica); Daniel Gimenez
Suplentes: Germán Oviedo, Maximiliano Rogni, Martin Alberich, Maximiliano Serrano, Marcelo Marzoratti, Albano Becica, Martin Batallini.
DT: Rodolfo Della Picca.
Platense (1): Alejandro Sanchez; Julian Cano, Silvio Duarte, Nicolas Foglia, Gaston Montero; Juan Ignacio Vinaccia, Nicolas Torres; Cristian Lillo; Brian Robert, Maximiliano Castano, Facundo Diz.
Suplentes: Ivan Noy, Ramiro Fassi, Daniel Fuente, Tomas Lanzini, Walter Quintana, Juan Pablo Rial, Gonzalo Parisi.
DT: Alberto Pascutti.
Goles: 13 (DB) Daniel Gimenez, 29 (PLT) Maximiliano Castano,45 (DB) Andres Montenegro, 93 (DB) Albano Becica
Amonestados: Julian Cano(PL), Juan Ignacio Vinaccia (PL), Maximiliano Castano (PL), Gonzalo Parisi (PL); Pablo Batallini (DB), Santiago Sommariva (DB), Miguel Porcel (DB)
Expulsados: No hubo.
Incidencias:
Árbitro: Mauro Vigliano
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