Si, en diminutivo. Porque costó derrotar al anteúltimo equipo de la tabla y se volvieron a notar ciertas lagunas cíclicas. O, quizá, el título obedece a un juego de palabras que intenta reconocer el mérito del técnico. Esa directiva que veníamos demandando desde el banco de suplentes, que no lograba imponer la estirpe defensorista ganadora.
El calor fundía nuestra esperanza, sudados en desidia y sin sombrilla. El pobre elenco de la colectividad Armenia había llegado a casa y, en forma inesperada, nos abría la heladera, se tomaba nuestra cerveza y se sentaba a ver una película romántica con nuestra mujer. Ese gol del veterano Pelanda a cinco minutos del segundo tiempo nos dejaba sin nada, con tan solo un simple atrevimiento. No más que eso. Defe debía reaccionar: o sacamos la escopeta y evacuamos al intruso, o compramos más birra y volvemos a versear a la jermu para re enamorarla.
Poca imagen tiene Rodolfo Della Pica de hombre que sale de compras, mucho menos de romántico. Pero sí tenía dos cartuchos en el banco y no debía fallar con la puntería: tomó postura en la terraza, afinó la precisión y…Pum! Pum! Marzoratti por Lapietra, Luppino por Aparicio y…Blanco acertado!
Defensores se adelantó en la cancha, tomó riesgos pero nunca perdió el frente de ofensiva. Le quitó la marcha al equipo de Cirrincione que parecía rejuvenecer tras mandar a la cancha al escurridizo Galeano. Impuso presencia y tomo la rienda que el partido demandaba. Y resultó ileso, se alzó con el primer triunfo del año venciendo sus carencias y potenciado sus virtudes.
Sanzotti salió en todas las aéreas –único recurso de la visita- y no falló. Villalba fue el tiempista de siempre y cruzaba en forma atinada hasta que tuvo que retirarse lesionado. Martinez Montagnoli no desentonó y siempre conservo su marca. Pedro Bocca en overol entendió que no había lugar para sutilezas. Rocchi….mmm, buen tipo, útil para la descarga. Marzoratti tuvo conducta táctica, sabiendo marcar sin retrasarse y atacar sin comprometer su vuelta. Paez, con plena libertad en su parcela, anticipó sin necesidad de luchar. Luppino le dio movilidad a la zona izquierda y aportó su fierrazo para el gol del triunfo. “Lalo” García se convirtió en un recurso útil pero, paradójicamente, sin la pelota en sus pies.
Como decíamos en la idea que antecede, “El Dragón” mejoró tras los cambios del DT y ya se acortaba la distancia del Oasis.
Los aciertos de Fito, ya reconocidos, tuvieron un sustento dentro del campo determinante. He aquí el podio de los artífices:
El Bronce: Albano Becica. El GPS del equipo, siempre acierta el camino. Pleno dominio, tiene panorama, levanta la cabeza, pone pausa, se muestra siempre para recibir la pelota y no le asusta asumir el comando del juego. Nunca renuncia a su pasividad, a veces parece displicente, pero participa en todas las jugadas de ataque.
La Plata: Maximiliano Ceratto. Cuando tiene que marcar lo asume y lo intenta, aunque con más resignación que oficio. Pero cuando ataca y le dan las libertades que demanda su habilidad, hace la diferencia. Es punzante, gambeteador, genera espacios y exige. Por momentos despierta la sensación que juega montado en patines y tiene un control del balón en velocidad similar al que un gato se divierte trasladando un ovillo de lana. Y le pegan, se levanta, le vuelven a pegar y guapea. Así es que genera faltas, amonestaciones y compromete en forma constante a la defensa rival. Clave.
El Oro: Javier Molina. No se quien le puso payaso, apodo simpático pero inapropiado. Porque es un gladiador. Un bandido del lejano oeste que abre con sus codos la doble hoja del ingreso a una taberna y, cuando lo quieren retener, nunca se le acaban las armas. Algo parecido a Antonio Banderas en “La balada del pistolero”. Infalible en el juego aéreo, aguanta la pelota con el cuerpo. Aletea y gira, pivotea, descarga de primera, lucha, nunca la da por perdida y no falla cuando tiene posesión para definir. Su latigazo, en el peor momento del equipo, abrió la posibilidad del triunfo y después casi le agrega estética con una media chilena que le sacó Caviglia. Irreemplazable, por lo que obliga, contagia y, sobre todo, concreta.
Hubo un primer tiempo, que pasó sin importancia como el afilador que se anuncia los domingos a la mañana. Dos tiros de larga distancia por parte del rival, el primero dio en el palo con posterior rebote en la espalda de Sanzotti; el segundo, Cisterna vio adelantado a nuestro golero, que reaccionó a tiempo y la cacheteó al corner. Anecdóticos primeros 45 minutos.
Aprobado, se ganó y era lo importante. Afloró una actitud que, si bien no era inédita tomando las presentaciones anteriores, debía coronarse con un resultado positivo. Mejoras, más recursos de ataque. Nuevas sociedades, Becica y Ceratto le dan dinámica. Seguridad, el arquero no ofrece ventajas. Y la referencia, Molina ya recuperado es el faro del equipo.
Tarea para el hogar. Los laterales, pierden sus espaldas con facilidad. Las lagunas, siempre se regala un tiempo. La defensa, por momentos no se coordinan y dejan huecos –en la última jugada del partido Pelando quedó solo para el empate, uhhh..cabeceó afuera-. Aparicio, tiene técnica y entrega pero arriesga demás y se torna impreciso. Defensores se recuperó, lo más difícil siempre es conseguir la primera victoria y ya se pasó el escollo. Ahora, aquellos cuatro partidos sin ganar se convirtieron en seis sin perder.
Le ganamos a Armenio, y un turco reconocido quedo perdido en la neblina.
Por: Federico Medina (prensa@defeweb.com.ar)
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Defensores de Belgrano (2): Sanzotti; Lapietra (59´ Marzoratti), Villalba (66´ Martínez Montagnoli), Bocca y Rochi; Ceratto, Aparicio (66´ Luppino), Páez y Becica; García y Molina.
Suplentes: Oviedo, Tarabini, Serrano y Batallini.
DT: Rodolfo Della Picca
Dep. Armenio (1): Caviglia; Néstor Fernández, Perassi, Kilmot y Torres (70´ Blanco); López, De La Vega y Coria (46´ Galeano); Cisterna (64´ Maidana); Gáspari y Pelanda.
Suplentes: González, Noboat, Gay y L. Fernández.
DT: Horacio Cirrincione.
Goles: (50´) José Luis Pelanda (ARM), (64´) Javier Molina (DdB) y (80´) Leonardo Luppino (DdB).
Amonestados: Becica (DdB); N. Fernández, Perassi, De La Vega y Blanco (ARM).
Expulsados: No hubo.
Árbitro: Gastón Meineri.
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