Segunda caída consecutiva de Defensores. Almirante Brown lo derrotó por 1 a 0, con gol de Bazán Vera cuando promediaba el segundo tiempo. Defe pudo ponerse en ventaja durante la primera mitad, en el comienzo del complemento o haberlo empatado sobre el final, pero en líneas generales Almirante fue un poco más y se quedó con todo: la gloria y los tres puntos.
Fue un encuentro de fútbol que tuvo rasgos de novela melodramática. No de las modernosas venezolanas o colombianas (como pega el colombiano de Almirante!) sino de aquellas de héroes y villanos. De caballería, noblezas, castas, amores y odios…
El escenario. Una leonera. Seis mil o siete mil tipos vestidos de amarillo y negro deseándonos el mal. Porque no nos engañemos, más allá de la amistad, la simpatía, el compartir tribuna… Toda esa gente fue a ver ganar a Almirante, por lo tanto…
Los protagonistas. Acá no había tanta diferencia. No eran David y Goliat. Era el oportunismo de Ferrer contra la magia de Ceratto. La experiencia de Gandarillas contra la zurda de Nadal. Almirante tiene un muy buen plantel pero Defe tiene un muy buen equipo. Los dos van a pelear arriba, hasta el final. Ojo, dicho esto con el resultado de ayer puesto y todo.
El argumento. El setenta por ciento de la historia se desarrolló de manera dinámica. De ida y vuelta. Los dos iban mucho mejor que lo que retrocedían. Lo tuvo Bazán Vera de entrada, también Nadal con un remate desde afuera después… Cualquiera de los dos pudo haber roto el cero en el primer tiempo… E inclusive el ingresado Marzoratti con una palomita exigida que sacó un defensor local en la linea…
Las figuras. Pero como en toda historia que se precie había figuras estelares. De este lado, el muchacho de Inriville, provincia de Córdoba, Sanzotti Raúl, según el documento. Hasta la jugada fatal, el héroe de la noche en el estadio Fragata Sarmiento. Tapando abajo, arriba, cortando centros, saliendo, achicando, haciendo todo bien y convirtiéndose en la gran figura. Del otro lado, el muchacho criado en Villa Palito, La Matanza, Bazán Vera Daniel, el Dani o el Indio. Infalible, especialmente contra nosotros (ver historial vs. Unión, Tristán, Temperley, etc).
La escena. Desborde por izquierda del Bicho Maraschi (otro que juega muy bien) que juntó gente por ahí y centro limpio a la cabeza de Bazán Vera o mejor dicho al botín que Bazán Vera tiene en la cabeza. Estirada inútil del hasta ahí héroe y cambio de cartel en el protagónico. Lo gritó (vos no gritarías un gol del equipo que sos hincha?) y la historia, al novelista melodramático, le cerró perfecta.
El final. Desesperado por recuperar protagonismo, fue Sanzotti a buscar el último centro de la noche. Echenique cobró cualquier cosa e impidió cualquier acto heroico. La historia estaba sellada, la película filmada y el cuento escrito. De terror, para nosotros…
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